Proyectos originados en Perú han aprovechado propuestas de valor diferenciadas, tecnologías propias y alianzas estratégicas para expandirse en mercados de América Latina y más allá, demostrando que la innovación peruana puede competir a nivel global.
1. Crehana: la edtech peruana que conquistó América Latina y Europa
Fundada en Lima en 2015 por Diego Olcese y Rodolfo Dañino, Crehana nació con la misión de democratizar la educación creativa y tecnológica en español. Su salto internacional se basa en una combinación de:
– Modelo SaaS para empresas: Con “Crehana for Business”, la plataforma ofrece paquetes de capacitación a organizaciones, lo que le ha permitido generar más del 50% de sus ingresos y posicionarse como un aliado de grandes corporaciones.
– Ronda Serie B de US 70 millones: En agosto de 2021 levantó capital liderado por General Atlantic, con el objetivo de consolidarse en México, Colombia y Perú, y luego abrir operaciones en Brasil en portugués.
– Expansión geográfica: Tras establecer su headquarters en Ciudad de México, la empresa inició su incursión en Brasil (São Paulo) y reforzó presencia en Colombia, sumando hoy España y Portugal en su hoja de ruta europea.
Esta estrategia ha permitido a Crehana aumentar su comunidad de alumnos y clientes corporativos, pasando de 75 000 estudiantes en sus inicios a más de 450 empresas usuarias de su línea B2B, y demostrar la escalabilidad de un producto digital concebido en Perú.
2. Chazki: logística de última milla con ADN peruano
Chazki, fundada en Arequipa y luego relocalizada en Lima, surgió para resolver la creciente demanda de entregas rápidas y eficientes. Sus hitos más destacados son:
– Desarrollo tecnológico interno: Ha creado desde cero su sistema de ruteo y plataforma operativa, lo que le otorga flexibilidad para optimizar distancias y tiempos de entrega.
– Alianzas estratégicas: En 2021 se asoció con Falabella (Tottus) para lanzar Fazil, servicio on demand de supermercados; obtuvo también certificaciones ISO que le abrieron puertas con MercadoLibre, Amazon y Oeschle.
– Cobertura regional: De mover 3 000 paquetes diarios en Perú, pasó a procesar 150 000 envíos al día en 2025, operando en 25 ciudades de México, Perú, Colombia, Argentina y Chile; proyecta cubrir 190 ciudades en Latinoamérica hacia 2028.
La clave del éxito de Chazki radica en su modelo de servicios integrados (primera, media y última milla) y en su capacidad de adaptarse a regulaciones y condiciones locales, replicando el know-how logístico peruano en otros mercados de la región.
3. Kambista: casa de cambio digital que cruzó fronteras
Kambista, plataforma de cambio de divisas lanzada en Lima en 2016 por Daniel Bonifaz, Paulo Valdiviezo y Fernando Ruiz, revolucionó el mercado peruano y luego emprendió su internacionalización:
– Alianza con banca tradicional: En 2021 fue la primera fintech de cambio de divisas que se integró con Interbank mediante APIs, permitiendo apertura de cuentas digitales y transferencias inmediatas.
– Expansión regional escalonada: Inició su salida a Argentina en 2019 con socios locales, seguido por Chile y México; para 2020 planificó entrar a Bolivia, República Dominicana y Uruguay, y proyectó operaciones en EE UU para finales de ese mismo año.
– Innovación en servicios y experiencia: Su aplicación móvil ofrece cotizaciones en tiempo real, alertas de tipo de cambio y transacciones en menos de 10 minutos, ganando confianza a través de más de 700 000 operaciones internacionales anuales proyectadas.
Al combinar seguridad, transparencia y alianzas con instituciones financieras, Kambista logró ampliar su base de clientes y consolidarse en mercados dolarizados, validando la propuesta de valor de una fintech con raíces en el Perú.
Lecciones comunes y recomendaciones
Los casos de Crehana, Chazki y Kambista comparten varias enseñanzas para emprendedores peruanos con aspiraciones internacionales:
- Innovación con foco local y adaptabilidad global: Diseñar tecnología propia que resuelva problemas concretos en el mercado peruano y ajustar el producto según las regulaciones y preferencias de cada país.
- Alianzas estratégicas: Colaborar con grandes corporaciones, bancos o inversionistas locales y globales acelera la entrada a nuevos mercados y refuerza la credibilidad.
- Financiamiento escalable: Captar rondas de inversión significativas o asegurar partnership con entidades financieras posibilita inversiones en producto y expansión geográfica.
- Modelo de negocio sólido: Contar con fuentes de ingresos diversificadas (B2C y B2B, suscripciones, fees de servicio) sustenta el crecimiento y atrae mayor confianza de clientes e inversores.
- Equipo multicultural y conocimiento local: Incorporar talento en cada mercado, con equipos locales especializados en regulación, ventas y operaciones, garantiza una ejecución exitosa y cercana al cliente.
Estos casos de éxito demuestran que emprender en Perú no es obstáculo para competir globalmente; al contrario, la combinación de propuestas innovadoras, alianzas clave y financiamiento estratégico convierte a los emprendimientos peruanos en referentes internacionales.